Montería en Hornachuelos
Último fin de semana de monterías en Andalucía y había que aprovecharlo. Mi buen amigo Manolo Nieto con su socio Antonio Monclova iban a la montería en Hornachuelos de Mezquetillas de San Rafael. No lo dudé y me apunté al carro, bueno al cherooke reventado que se a comprado Manolo por cuatro duros que parece uno que va en un barco por la costa mediterránea.
El plan era el siguiente, sábado monterión de cochinos y domingo montería mas suave, las dos en el mismo sitio, distintas manchas, claro.
El viernes tenía cena con unos amigos y quedé con Manolo a las siete de la mañana, en que momento me tomé esos vinos… suerte que con el vaivén del coche me eché una siestecita de los mas curioso. sobre las ocho llegamos a Lora para recoger a Antonio y a su padre que también se venia al puesto con nosotros y a las nueve estábamos con un plato de migas rico rico. De repente el cielo se cierra y empieza a llover fuerte, cosa que nos preocupaba sobremanera, sobre todo para la cámara. Es muy incomodo tener que andar con el paraguas de un lado para otro. Solo duró una media orilla y se abrió el cielo de nuevo, menos mal.
Por fin se comienza con el sorteo, mala suerte para nosotros, a Manolo le toca al lado de la casa, que por cierto es bastante bonito el cortijo de la finca. Que le vamos a hacer, ojalá tengamos suerte y entre algo.
Ya en el puesto verificamos nuestras malas previsiones, el testero está muy sucio y va a ser difícil que podamos tirar algo. muy al principio, antes de la suelta de los perros entra un venaete pequeño que deciden no tirar, menos el padre de Antonio que casi se levanta de su silla achuchando para que lo tiraran. Al rato pasa una inocente cierva a la que Manolo le dio el alto, nos pidieron que abatiéramos alguna y eso hicimos, la gestión es la gestión.
La cosa pintaba regular, ya no piamos ni los perros, pero de repente pim pam pum, un tiroteo en el puesto de al lado, nos preparamos y nos cruza un cochino mediano como un rayo, y como un rayo desapareció. Una pena, esperábamos algo mas, pero así son las cosas.
De vuelta nos tomamos un plato de papas con chocos y para Lora del Rio, porque ya nos quedamos allí a dormí, no merecía ña pena volver hasta Sevilla. EN Lora nos tomamos un par de copas y fuimos a cenar a un “gastrobar” esta moda está llegando también a los pueblos, maldita seaaaa
Domingo
El domingo me ahorro escribirlo porque una imagen vale mas que mil palabras, así que disfrutad del video y de Antonio y Manolo, o como yo les llamo, “Los pincharreses”
