Pesca de barbos a mosca!
Poco antes de que echen la extraña veda que cierne sobre nuestros queridos barbos hemos cogido las cañas para echar una buena jornada de invierno tardío.
En pleno febrero parece que estemos en marzo o abril con un día soleado e incluso caluroso. Cerca de Sevilla y en un embalse cercano, Zufre, vamos a intentar dar “caza” a algunos barbos que ya están empezando a subir al río para desovar. Este es un río efímero, pues solo existe en parte del invierno y primavera, el tiempo justo para que el barbo desove y vuelva al embalse.
Con cañas de mosca del cinco vamos a ir andando por las faldas de la cola del embalse localizando peces comiendo en la superficie para lanzarles escarabajitos de foam, la mayoría se asustan o pasan de largo, la realidad es que es aun pronto y nos cuesta mucho engañar los peces.
Poco a poco vamos llegando a la ribera donde hay corriente y más actividad, las aguas son mas someras y los peces están algo activos, con la inmensísima suerte de clavar un luchador y bonito barbo!
Empezamos a subir por la ribera por si hay algún pez que haya decidido ir al desove a sabiendas de que aun es pronto. La escasez de agua durante febrero puede confundir a los peces y pensar que ya es la época. Efectivamente es así y vemos barbos agrupados en plena corriente.
Decidimos entonces probar con unas ninfas por cambiar un poco, ya que previamente hemos sacado otros dos mas con el escarabajito de foam. La ninfa pesca a una cuarta bajo agua y la picada no es tan espectacular, pero igualmente es una gozada. El día se está dando muy bien, pero empezamos a notar que los peces no han subido tanto, solo los primeros metros de corriente, a poco que hemos entrado en la ribera no vemos nada de nada!
Ya que llevamos andando unos cientos de metros sin ver un pez paramos para tomar un buen taco, queso y salchichón principalmente, y descansar un poco antes de volver, pescando por supuesto.
La vuelta la hacemos por la orilla de en frente. Así batimos mas terreno, pero al igual que durante la mañana en las aguas calmas del pantano el movimiento es casi nulo y solo conseguimos clavar un último barbo.
En definitiva hemos pasado una jornada muy agradable, con pesca, no como para tirar cohetes pero si fantástica para la época en la que estamos.